El análisis genético de un hueso de pollo hallado en un yacimiento de Chile prueba que las culturas indígenas de América tuvieron relación con los pueblos del Pacífico
Un siglo antes de que Cristóbal Colón descubriera América tras cruzar el Atlántico, navegantes de Polinesia habían alcanzado ya la costa occidental del continente tras cruzar el Pacífico. Así lo demuestra un hueso de pollo hallado en un yacimiento de Chile: la técnica de datación por radiocarbono fecha el ave entre los años 1321 y 1407, mientras que análisis genéticos demuestran que su ADN es similar al de pollos originarios de Polinesia y distinto al de pollos europeos. Los resultados de la investigación, dirigida por un equipo de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), se presentan esta semana en la edición electrónica de la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
"Los polinesios eran navegantes consumados que exploraron todo el Pacífico desde Tonga y Samoa hasta Hawai, la Isla de Pascua y Nueva Zelanda. Parece inevitable que en su expansión hacia el este acabaran alcanzando la costa de América", ha declarado por correo electrónico Alice Storey, primera autora de la investigación.
La hipótesis de que los navegantes de Polinesia llegaron a América antes que Colón no es nueva. Pero "ésta es la primera prueba concluyente de presencia polinesia en América", destaca Storey. Su investigación explica por qué, cuando Manuel Pizarro llegó a Perú en 1532, se encontró con que el pollo ya formaba parte de la cultura y las ceremonias religiosas de los incas.
Dado que los pollos no son originarios de América, tenían que haber llegado procedentes de Europa o Asia. Pero los cuarenta años transcurridos desde la llegada de Colón a las Bahamas no parecían tiempo suficiente para que el ave hubiera ocupado un lugar tan importante entre los incas.
Otros datos que sugieren que pudo haber contactos entre culturas polinesias y precolombinas son la presencia de boniatos y porongos - dos cultivos de origen americano- en islas del Pacífico antes del año 1200, así como las canoas y los anzuelos fabricados por pueblos del sur de California con técnicas similares a las de los navegantes polinesios, o las palabras habladas en las regiones mapuches de Chile que parecen proceder de lenguas de las islas del Pacífico.
El hueso de pollo analizado por el equipo de la Universidad de Auckland procede del yacimiento de El Arenal-1, que se encuentra en una región mapuche en la península de Araúco. El ADN del hueso se ha comparado con el de otros doce restos de pollo hallados en otros yacimientos. Dos de estas doce piezas, procedentes de islas de Tonga y Samoa, presentaban una secuencia genética igual a la del hueso de El Arenal-1. "No estamos sugiriendo que El Arenal-1 represente el lugar exacto de entrada, ni que corresponda a la primera ni a la única entrada, de pollos en Sudamérica", escriben los investigadores en Proceedings.Más probablemente, los primeros navegantes de Polinesia llegaron a la costa de América con anterioridad y desembarcaron en un lugar distinto.
Antes que los polinesios, habían llegado también navegantes vikingos a América en el año 985 o 986. Pero vikingos y polinesios no colonizaron América como los europeos después de 1492 y tuvieron un impacto menor en las culturas indígenas. "Harán falta más investigaciones para precisar el impacto que tuvieron los navegantes polinesios para los habitantes de la costa occidental de América, aunque ciertamente fue menor que el que tuvieron los europeos", afirma Alice Storey.
Esta diferencia se explica, según la investigadora, porque "los polinesios eran pueblos agrícolas con un estilo de vida seguramente más parecido al de los americanos". "Además, las enfermedades introducidas por los europeos tuvieron un impacto determinante en los pueblos de América", señala.
FONT : La Vanguardia
Un siglo antes de que Cristóbal Colón descubriera América tras cruzar el Atlántico, navegantes de Polinesia habían alcanzado ya la costa occidental del continente tras cruzar el Pacífico. Así lo demuestra un hueso de pollo hallado en un yacimiento de Chile: la técnica de datación por radiocarbono fecha el ave entre los años 1321 y 1407, mientras que análisis genéticos demuestran que su ADN es similar al de pollos originarios de Polinesia y distinto al de pollos europeos. Los resultados de la investigación, dirigida por un equipo de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), se presentan esta semana en la edición electrónica de la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
"Los polinesios eran navegantes consumados que exploraron todo el Pacífico desde Tonga y Samoa hasta Hawai, la Isla de Pascua y Nueva Zelanda. Parece inevitable que en su expansión hacia el este acabaran alcanzando la costa de América", ha declarado por correo electrónico Alice Storey, primera autora de la investigación.
La hipótesis de que los navegantes de Polinesia llegaron a América antes que Colón no es nueva. Pero "ésta es la primera prueba concluyente de presencia polinesia en América", destaca Storey. Su investigación explica por qué, cuando Manuel Pizarro llegó a Perú en 1532, se encontró con que el pollo ya formaba parte de la cultura y las ceremonias religiosas de los incas.
Dado que los pollos no son originarios de América, tenían que haber llegado procedentes de Europa o Asia. Pero los cuarenta años transcurridos desde la llegada de Colón a las Bahamas no parecían tiempo suficiente para que el ave hubiera ocupado un lugar tan importante entre los incas.
Otros datos que sugieren que pudo haber contactos entre culturas polinesias y precolombinas son la presencia de boniatos y porongos - dos cultivos de origen americano- en islas del Pacífico antes del año 1200, así como las canoas y los anzuelos fabricados por pueblos del sur de California con técnicas similares a las de los navegantes polinesios, o las palabras habladas en las regiones mapuches de Chile que parecen proceder de lenguas de las islas del Pacífico.
El hueso de pollo analizado por el equipo de la Universidad de Auckland procede del yacimiento de El Arenal-1, que se encuentra en una región mapuche en la península de Araúco. El ADN del hueso se ha comparado con el de otros doce restos de pollo hallados en otros yacimientos. Dos de estas doce piezas, procedentes de islas de Tonga y Samoa, presentaban una secuencia genética igual a la del hueso de El Arenal-1. "No estamos sugiriendo que El Arenal-1 represente el lugar exacto de entrada, ni que corresponda a la primera ni a la única entrada, de pollos en Sudamérica", escriben los investigadores en Proceedings.Más probablemente, los primeros navegantes de Polinesia llegaron a la costa de América con anterioridad y desembarcaron en un lugar distinto.
Antes que los polinesios, habían llegado también navegantes vikingos a América en el año 985 o 986. Pero vikingos y polinesios no colonizaron América como los europeos después de 1492 y tuvieron un impacto menor en las culturas indígenas. "Harán falta más investigaciones para precisar el impacto que tuvieron los navegantes polinesios para los habitantes de la costa occidental de América, aunque ciertamente fue menor que el que tuvieron los europeos", afirma Alice Storey.
Esta diferencia se explica, según la investigadora, porque "los polinesios eran pueblos agrícolas con un estilo de vida seguramente más parecido al de los americanos". "Además, las enfermedades introducidas por los europeos tuvieron un impacto determinante en los pueblos de América", señala.
FONT : La Vanguardia
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